El Club Náutico de Jávea es uno de los organizadores de la campaña ‘Por un mar sin colillas’ organizada por el Rotary Club Jávea y el Ayuntamiento de Xàbia, con el fin de concienciar a los bañistas que acuden a las playas del municipio, de la importancia de no tirar las colillas en la playa, que ha sido presentada este jueves en el Ayuntamiento.
A través de los informadores y controladores que hay en la playa de la Grava y el Arenal se entregarán a los bañistas unos conos de papel que se convierten en un cenicero en el que depositar las colillas. Al salir de la playa, esos restos del tabaco, se podrán depositar en unos contenedores y reciclar el cenicero para otro día.
Las colillas es uno de los residuos que más difícil resulta extraer de las playas, al tiempo que es uno de los más contaminantes por los productos tóxicos que tiene el tabaco. Una prueba de ello, son las sucesivas jornadas de limpieza que organiza el Club Náutico en colaboración con la Fundación Ecomar y los colegios de Xàbia en la que al margen de otros residuos más voluminosos, se recogen un montón de colillas.
Se han realizado un total de 10.000 ceniceros, que también estarán a disposición de todos los usuarios de embarcaciones del Club Náutico de Jávea en las oficinas y en conserjería.
En la rueda de prensa el gerente del Club Náutico de Jávea, Luis Nogueroles, ha destacado la importancia que el Club se sume a este tipo de campañas de concienciación para proteger nuestras costas y ha recordado que en esas jornadas de limpieza “los más pequeños siempre se sorprenden de la cantidad de restos de tabaco que se recogen”.
Nogueroles ha subrayado que los usuarios del Club Náutico “son los primeros en concienciar y respetar el entorno que nos rodea para que puedan disfrutarlo las generaciones futuras” y ha añadido que estas “campañas deben mantenerse en el tiempo”. En este sentido ha recordado que desde el Club Náutico de Jávea ya hace años que colaboran con el Ayuntamiento en la difusión por ejemplo de las buenas prácticas en el mar, con los folletos y el decálogo que se hizo de la mano de la Fundació de l’Oceanogràfic de Valencia.
