Distancia recorrida: 1.191 millas
Armador: José Manuel Momparler
Tripulación: Aurora González; María José Mortes; Lola Palmero; José Luis Vicente-Almazán; Fernando Blat; Manuel Calvé y Vicente Reig
Después de dos años de incertidumbres sanitarias que no nos permitieron a navegar por aguas extranjeras, y aunque todavía con reservas sobre las condiciones de acceso en algunos puertos, nos aventuramos a cruzar a Cerdeña.
Navegamos de Xàbia a Sa Rápita (Mallorca), para hacer noche allí y saltar a continuación hasta Alghero al noroeste de Cerdeña.
Al día siguiente después de consultar varios partes meteorológicos, y ante el mal pronóstico, que nos informaba del aumento de la intensidad de viento y del mar del noreste, cambiamos nuestros planes y decidimos poner rumbo al sur de Cerdeña (Isla de San Pietro). Conseguimos navegar con mayor tranquilidad y sobre todo evitar los desagradables pantocazos.
Treinta horas después llegamos a la isla de San Pietro y nos dirigimos al puerto de Carloforte situado en su costa oriental de la isla, ya visitado en anteriores cruceros.
Nada mas entrar en el puerto se acercó una embarcación neumática que nos acompañó al atraque y nos ayudó en la maniobra, lo que se repetiría en el resto de las marinas visitadas. Es un procedimiento habitual en todos los puertos italianos y también en algunos de las Islas Baleares.
La asistencia es siempre muy efectiva, sobre todo los días de viento y cuando no hay embarcaciones a ambos lados. Además, al utilizar la neumática se consigue un desplazamiento muy rápido de la marinería pudiendo acudir en muy poco tiempo a los distintos atraques dónde se les precise.
Nos sorprendió que a pesar de llevar preparado el pasaporte COVID europeo, no nos lo pidieron en Carloforte ni en ningún otro puerto de los que visitamos posteriormente. También nos extrañó el precio de los atraques que no tienen nada que ver con los que sufrimos en nuestras queridas islas Baleares.
Otra agradable sensación era el constatar la ausencia casi total de motos de agua, que son tan numerosas en nuestras aguas.
Recorrimos el sur de Cerdeña hasta llegar a Villasimius, desde donde navegamos por su parte oriental sin acercarnos a la costa, muy pendientes de los numerosos y peligrosos escollos existentes, que nos obligaba a ir muy atentos a la aplicación “Navionics”.
Después de pasar la noche en la Marina “Santa María de Navarrese” y en la “Cala Santa Ana”, llegamos a la Marina de Olbia, marina moderna y con muy buenas instalaciones, donde se produjo el cambio de parte de la tripulación.
Aprovechamos para realizar algunas reparaciones, limpieza, compras y puesta apunto del Taíno.
Seguimos hacia el Norte, pasando por Porto Portisco, las islas de Molara y Tavolara, Porto Cervo, Isla Caprera, Isla Maddalena y las islas Budelli Nos maravilla la belleza de la costa y sus aguas azules cristalinas.
Cuando nos encontrábamos en la cala Giorgio Marino (Islas Budelli), roló el viento al Oeste y tal como estaba anunciado aumentó su intensidad. Intentamos pasar la noche en algún puerto cercano pero no nos facilitan atraque, por lo que nos dirigimos a Cala Liscia, protegida del noroeste y con buen fondo marino que permitió pasar una noche sin grandes preocupaciones. A pesar del fuerte viento, de entre de entre 25-30 nudos, había un gran número de practicantes de windsurf, kitesurf y kitesurfoil, que pasaban con gran soltura entre los barcos fondeados.
Ante la imposibilidad de realizar actividades como pasear por la playa, nadar… debido al fuerte viento, conseguimos atraque en Porto Massimo en el noreste de la isla Maddalena.
Nos encantó este puerto al tratarse de una marina pequeña, familiar con buenos restaurantes y muy resguardada.
Al disminuir viento y el mar navegamos hacia el Oeste con intención de reservar atraque en Castelsardo, gestión que fracasó.
No obstante, sí que lo conseguimos en la Marina “Isola Rossa” puerto turístico con playas espectaculares junto a un islote de granito rosa.
Nos sorprendió la gran presión turística existente en la actualidad, después de varios años encontrando siempre amarres disponibles en Cerdeña.
También tuvimos dificultades para encontrar amarre en nuestro próximo destino Stintino, que nos obligó a fondear detrás de la escollera, siempre respetando protección de la poseidonia.
Nos dirigimos al oeste de Cerdeña pasando por el estrecho Fornelli entre las islas de Assinara y Piana con la emoción de navegarlo una vez más, siguiendo las marcaciones costeras existentes. En Alghero si que conseguimos atraque, reservado con anterioridad en la concurrida y amplia “Marina de San Telmo”.
El 10 de Agosto salimos a primera hora con dirección a Mahón. El parte anunciaba buenas condiciones para el cruce, por lo que decidimos salir confiados en tener una travesía tranquila. Así fue hasta que sobre las siete de la tarde se formó un chubasco de lluvia y viento, un frente nuboso plomizo que avanzaba por el noroeste. El viento fue aumentando de intensidad y las olas comenzaron a barrer la cubierta, calándonos hasta los huesos. Duró un par de horas. Estos chubasco de formación rápida no se prevén en los partes meteorológicos.
Llegada de madrugada a Mahón sin otras incidencias desde donde completaríamos el crucero hasta volver a Jávea pasando por Mallorca e Ibiza.